Mozart Conquista en la Pintana
Gonzalo Saavedra, El Mercurio | 03.07.24
Hasta lo que se ha podido averiguar, nunca se había hecho en Chile la integral de las sonatas para piano de Mozart. Pero a Gustavo Miranda -que está empeñado en repasar exhaustivamente para los públicos locales el mejor repertorio pianístico de los últimos tres siglos- la idea se le ocurrió de la manera más natural cuando conoció este año a la alcaldesa de La Pintana, Claudia Pizarro, quien consiguió los apoyos para terminar e inaugurar, en marzo de 2018, el Teatro Municipal, arquitectónicamente atractivo, con buena acústica e iluminación, y que tiene una capacidad máxima de 750 personas; y al director ejecutivo de la Corporación Cultural de La Pintana, Fernando Saavedra, que es también el director de la Orquesta Juvenil de esa comuna, que en noviembre del año pasado hizo una exitosa gira artística en París.
Miranda sabía de esos logros y, nacido y criado en la aledaña Puente Alto, le dijo a la alcaldesa que soñaba con tocar en La Pintana y que quería hacerlo con un programa tan potente como inédito. Además, el teatro cuenta, desde hace un par de años, con un piano Yamaha CX, fabricado en los 70 pero bien mantenido, que estaba esperando que un virtuoso de la altura de este intérprete chileno, formado en la Universidad Católica y la Juilliard School de Nueva York, le sacara brillo.
El ciclo de tres conciertos, que partió el lunes, abordará las 18 sonatas que Mozart escribió para su instrumento entre los 18 y los 33 años. Aunque, como ha advertido el mismo Miranda, en ese conjunto no se rastrea una radical evolución estilística -Mozart es parejo en su buen gusto equilibrado, con ideas diáfanas, directas y originales-, sí hay diferencias de carácter, complejidad y envergadura entre ellas.
Para la presentación del lunes, el pianista agrupó seis de estas piezas, según una progresión natural de sus tonalidades, que bien podría ser la de un movimiento de las mismas sonatas: la Nº 7 en Do mayor, K. 309 (1777); la Nº 14 en Do menor, K. 457 (1784); la Nº 12 en Fa mayor, K. 312 (1783); la Nº 16 en Do mayor, K. 545, "Sonata facile" (1788); la Nº 10 en Do mayor, K. 330 (1783) y la Nº 5 en Sol mayor, K. 283 (1774).
El público, conformado por pintaninos de la tercera edad (que llegaron en buses municipales, cariñosamente cuidados en todo momento por los funcionarios a cargo), adultos, jóvenes y niños, se sintió conquistado desde el comienzo y, después de aplaudir el Allegro con spirito de la Nº 7, entendió inmediatamente y sin ninguna reconvención policial de esos asistentes a los que les gusta hacer callar y humillar a un tiempo, que cada una de estas partituras clásicas están conformadas por tres secciones que componen una unidad y que, por ello, solo se agradecen al final.
Entre los muchos aciertos de un Miranda exultante, sin temor a la velocidad, al volumen ni al uso generoso del pedal según dónde, están la ligereza que consiguió en el Rondó de la Sonata Nº 7, que está indicado Allegretto grazioso , y la elegante sinceridad para acabarlo; el dramatismo serio en la apertura de la Nº 14 -junto con la Nº 8, las únicas redactadas en tonalidades menores-, y el ensimismamiento en el Adagio central para volver al drama con un motivo insistente; la calidez de las secuencias de acordes en el Allegro de la Nº 12 y la delicadeza del Adagio que le sigue, y la alegría sin aspavientos del Allegro de la Nº 5. Tocar a Mozart como lo hizo Miranda requiere experiencia para, sin perder sencillez, adentrarse en sus honduras. Muy bueno.
En un breve discurso antes de la música, la alcaldesa Pizarro, que creció en La Pintana -estigmatizada por la pobreza y la inseguridad-, había dicho que ella, que tiene 59 años, y su generación nunca -y lo repitió: nunca- habían tenido la oportunidad de asistir en su propia comuna a un ciclo de conciertos como este. Pero -se reconfortó-, con los premiados logros culturales de la corporación municipal, La Pintana está por fin siendo noticia por sus buenas noticias. Acompañada de su nieto, mostró que su apuesta es genuina: atendió con interés, se quedó hasta el final y, como todos los asistentes, muy tocados, aplaudió de pie y largamente.
El ciclo continúa hoy y el viernes, con entradas gratuitas, previa inscripción en Culturapintana.cl.